No hay plan B - elpais.com
El euro y la integración europea no tienen vuelta
atrás. Es prioritario resolver la crisis de la deuda soberana; para ello hay
que avanzar hacia la unión bancaria con supervisión única y una dirección
política común.
He leído el discurso-articulo del
Presidente del Banco Santander, Emilio Botín, en El País de ayer, jueves
15/11/2012, uno de los hombres corporativos más poderosos de Europa y del mundo
global contemporáneo: Pues bien, leyéndole he visto la salida del túnel de
la crisis. Por fin un capitalismo conocido, con estrategia y sentido del papel
que juega en la sociedad. Comprometido con su propio futuro y, por ello, con el
de todos, que aspira a seguir en el marchito pero en una sociedad con grado de
bienestar suficiente para que sea gobernable y produzca beneficios y progreso.
Europa Unida es el único camino, y yo me alegro de leérselo decir... Buenas
noticias. Cuando alguien como Emilio Botín alza la voz para decir hasta aquí,
quiere decir que los suyos han acumulado fuerzas suficientes para ganar la
próxima batalla. ¡Habrá mas Unión Europa y menos Estado-Nación particular. Más
orden y concierto y capitalismo reglado que especulación sin horizonte otro que
el beneficio exprimiendo la baca hasta (casi)matarla. Se abren los cielos y
contemplamos por fin como los dioses del Olimpo capitalista entablan la ultima
batalla por el control de los poderes terrenales políticos y económicos en
Europa, seguro que la victoria de Obama ha sido clave y que los alemanes mas
'republicanos' y el capitalismo escorpión europeo y global del 'aquí te pillo
aquí te desangro' escribe sus ultimas líneas torcidas con nuestra sangre y
sudor de sufridos y pacíficos contribuyentes endeudados que un día de hace
cinco o diez años pensaron que todo el monte era orégano y todos éramos
capitalistas gozosos y febriles inversores-especuladores. Año y medio más y (casi)todos
trabajando, otra vez. Y, dentro de lo que cabe, camino de mis objetivos-deseos
personales finales (y, más o menos considerados, los de otros muchos
europeos): personalmente, apuesto por lo posible aquí y ahora de la opción
que nos presenta Botín: más Europa, menos Nación-Estado, mas regulación, menos
especulación, más trabajo y sensatez y horizonte de bienestar para todos... ¡Lo
siento! ¡o no...! por la coincidencia de un libertario socialista pragmático y
rebelde como el que esto suscribe, con un banquero poderoso sr. de la economía
política y del poder de dominio global, como el sr. Botín... Probablemente
Botín sea un 'gatopardista' convencido y templado (cambiar todo para que todo
permanezca, sin prisas, obviamente, considerando las fuerzas en presencia y la
oportunidad de mover ficha para ganar derrotando al adversario sin ambages). De
mi lado, yo, a mi modo, hace tiempo que perdi la prisa, ¡total para lo que
sirve!: Lo que sea que sea que lo sea entre casi todos, nada de minorías
revolucionarias al poder, de eso venimos, mal venidos. Los experimentos
sociales con gaseosa y sin sangre. "Cuanto mejor mejor", es mi lema;
y lo prefiero a ciegas frente al "cuanto peor mejor" que creen
algunos que no saben lo que dicen y si lo saben son perversos y espurios en sus
intereses finales de lobos con piel de cordero.
Salud, de mientras.
Mikel Orrantia Diez -Tar
_____________________________
ABOGA
POR LA UNIÓN BANCARIA
Botín defiende el euro y asegura que "no hay plan B"
- "El euro y la integración de Europa no tienen vuelta atrás.
Son absolutamente imprescindibles. Es el mejor plan. No hay Plan B".
- Botín aboga por la unificación de la supervisión bancaria y
la creación de un fondo de garantía de depósitos único, al tiempo que
alerta sobre los efectos sobre el crédito de una mala supervisión.
- El Presidente del Santander, además ha reivindicado el oficio de
banquero orientado a las necesidades de la economía real.
El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, ha
realizado hoy una defensa de Europa como método para salir de la crisis durante
su discurso en la V Conferencia Internacional de Banca,
celebrada en la ciudad financiera de Boadilla del Monte. El presidente del
Santander ha asegurado que el euro no es reversible, al tiempo que alertaba sobre el riesgo de declive para Europa.
Según Botín, la forma de avanzar es
a través de la unión bancaria, al tiempo que se debe tener cuídado del impacto normativo sobre el crédito.
EL PAÍS - LA CUARTA PÁGINA – ARTÍCULO DE OPINIÓN
El euro y la integración europea no tienen vuelta atrás. Es
prioritario resolver la crisis de la deuda soberana; para ello hay que avanzar
hacia la unión bancaria con supervisión única y una dirección política común
Europa es el eje sobre el que se ha
desarrollado la sociedad occidental tal como la conocemos. Muchas ideas,
sistemas políticos, avances tecnológicos, sociales y económicos que rigen hoy,
surgieron en Europa. Este legado por sí solo explica el papel que Europa tiene
que desempeñar en el escenario internacional. Un escenario en el que hay que
ser grande para competir. Hace 61 años, Europa supo ver la importancia de la
unidad. Cuando Europa ha estado unida ha sido más fuerte y más próspera. El
mejor ejemplo es el euro. Nunca los europeos han conocido una etapa de
bienestar tan larga como la que nace en el Tratado de París y desemboca en el
euro. Las ventajas que nos ha reportado son enormes: es la única divisa capaz
de competir con el dólar como moneda de reserva; en términos macroeconómicos
supone mayores flujos comerciales, más inversión, y mayor competencia; y en el
ámbito empresarial ha supuesto más eficiencia, mayor competitividad y economías
de escala, entre otras ventajas. Ha sido un factor determinante en el
crecimiento de los bancos y de las grandes empresas europeas. El euro dio paso
a una década de enorme prosperidad.
Sin embargo, la crisis internacional
alcanzó a Europa sin las herramientas adecuadas para dar una respuesta rápida.
¿Por qué una crisis financiera que nace en EE UU y se extiende por todo el
mundo, se enquista en Europa como en ninguna otra área económica? No hemos sido
capaces de afrontar con determinación la primera gran crisis desde el
nacimiento del euro. La respuesta, insuficiente y lenta, no se está
correspondiendo con la gravedad de la situación económica y los ciudadanos,
descontentos, demandan liderazgo y soluciones.
El giro que supuso la cumbre de
jefes de Estado y de Gobierno de junio y las medidas aprobadas por el Banco
Central Europeo en septiembre marcan claramente el camino de salida de la
crisis. La prioridad debe ser ahora la ejecución del plan.
Si no actuamos con celeridad y
determinación corremos el riesgo de deslizarnos hacia el declive de Europa. Hay
datos que así lo sugieren: la zona euro cuenta hoy con 330 millones de
habitantes. En apenas ocho años, en 2020, Brasil y México tendrán más población
que los 17 países juntos. Además, el Fondo Monetario Internacional estima que
en los próximos seis años el peso del PIB de la eurozona a escala global caerá
cinco puntos, del 19% actual al 14%. En este mismo periodo se espera que
Estados Unidos se mantenga en el 21%.
La reforma bancaria española
producirá uno de los sistemas financieros más sólidos del mundo
Todos sabemos lo que está en juego.
El euro y la integración de Europa no tienen vuelta atrás. Son absolutamente
imprescindibles. No hay plan B. El euro no se va a romper. Europa ha tenido más
crisis institucionales y la respuesta siempre ha sido avanzar en la
integración. Ahora toca dar un impulso a la unión política y como parte de ello
a la integración fiscal y bancaria.
Europa debe pasar de ser un lugar
de encuentro y articulación de intereses nacionales a compartir una dirección
política única que vele por los intereses de todos los europeos. Tiene que ser
un todo y no una suma de partes. No me cabe duda: Europa y el euro saldrán
reforzados de esta crisis.
La Unión Europea debe inspirarse
aún más en las fortalezas de lo que ha conseguido en el pasado para avanzar con
paso firme y altura de miras hacia una mayor integración fiscal y bancaria, con
todos los beneficios que comporta.
Unión bancaria. Hoy contamos ya con
el consenso internacional, y no solo europeo, de que la unión bancaria es una
condición imprescindible para romper el círculo vicioso de deuda soberana-deuda
bancaria. Es clave para dejar de hablar de crisis y pasar a ocuparnos de
crecimiento y estabilidad. Además, la unión bancaria es indispensable para
armonizar las prácticas regulatorias y supervisoras y reducir la fragmentación
del sistema financiero europeo. La experiencia demuestra, por ejemplo, que para
un banco es más fácil expandirse en Latinoamérica que en Europa, donde con
demasiada frecuencia encuentra barreras de todo orden. La unión bancaria es un
proceso ambicioso, complicado y con dificultades. Pero el objetivo es claro y
compartido por todos. No podemos permitirnos el lujo de no afrontarlo ahora.
Y junto con estos grandes
objetivos, ¿qué significa la unión bancaria para los europeos? Significa
reforzar nuestro sistema financiero, fortaleciendo la supervisión. No hay
regulación que pueda sustituir una buena supervisión. La crisis ha puesto en
evidencia que no todas las entidades estaban sometidas a la misma supervisión.
Tenemos que hacer más homogéneos los estándares de supervisión. El Banco
Central Europeo cuenta con una posición sólida para asumir esta función en la
Europa del euro, pero tiene sentido que este objetivo se aborde
progresivamente, asumiendo prioritariamente la supervisión de las entidades más
relevantes.
La unión bancaria significa también
más transparencia, gracias a un marco regulador y supervisor más homogéneo. Si
queremos un mercado único, el criterio en la aplicación de las reglas también
debe ser único. Esto permitirá a los inversores y clientes diferenciar entre
entidades fuertes y débiles. A todas se nos mediría por el mismo patrón. Cuando
tengamos un Fondo de Garantía de Depósitos y un sistema de resolución únicos,
los clientes tendrán un marco de protección más sencillo y claro. Europa y la
banca tienen que dejar de ser parte del problema para ser parte de la solución.
La crisis internacional sorprendió
a Europa sin las herramientas para dar una respuesta rápida
Regulación. Además de este proceso
clave, el sector financiero se está transformando con la intensa reforma
regulatoria. Pero como en toda respuesta regulatoria tras una crisis, tenemos
que vigilar para que no haya consecuencias indeseadas. Es imprescindible acabar
de definir estas reformas de manera que potencien la seguridad del sector
financiero y no afecten negativamente al crecimiento económico.
A estas reformas mencionadas, se
están añadiendo procesos de saneamiento y reestructuración de los sistemas
financieros. El que está experimentando España es sin duda el más intenso y le
permitirá convertirse en uno de los sistemas financieros más sólidos del mundo.
Pero, a pesar del impacto
transformador de todas estas reformas, en mi opinión la clave para dotarnos de
una banca más fuerte a largo plazo está en lograr buena cultura bancaria.
Cultura bancaria. Esto significa
tener oficio bancario para cumplir bien con la función básica de un banco:
intermediar entre ahorro e inversión, gestionando los riesgos y con foco en el
cliente. Una buena cultura bancaria habría rechazado los riesgos, la falta de
governance y las malas prácticas que han destruido entidades financieras en
Estados Unidos, en Reino Unido, en España y a lo largo de la Unión Europea.
Para ello hacen falta tres
elementos clave, con el fin de evitar una excesiva asunción de riesgos en busca
del beneficio inmediato, que es una de las causas de la crisis actual. Un
gobierno corporativo sólido que garantice la calidad de la toma de decisiones,
con un Consejo de Administración que conozca el negocio, tenga visión de largo
plazo y pueda cuestionar las decisiones del equipo gestor, que a su vez debe
tener experiencia y responsabilidades claramente asignadas; una política de
riesgos fuerte e independiente; y, por último, que la cultura bancaria vuelva a
los mejores principios y valores de la banca, orientando la gestión a las
necesidades del cliente, proporcionando crédito y servicios financieros a
empresas y familias y, por tanto, poniendo a la banca al servicio de la
economía real. Un modelo de negocio que requiere mucha experiencia y mucho
oficio.
En conclusión, Europa está en un
punto de inflexión y solo unida puede ser fuerte. La prioridad es resolver la
crisis de la deuda soberana y para ello es clave avanzar en la unión bancaria.
Si queremos un mercado único, las reglas y la supervisión también deben ser
únicas. Además, es fundamental tener una buena cultura bancaria para conseguir
una banca fuerte a largo plazo.
Emilio Botín es presidente del Banco Santander.
____________________
COMENTARIO PERIODISTICO ADICIONAL:
http://www.teinteresa.es/dinero/Botin-defiende-euro-asegura-plan_0_810519483.html
dinero14/11/2012 - AA
Botín ha criticado la reacción de la eurozona ante la crisis, el euro
"es la única
divisa capaz de competir con el dólar como moneda de reserva. Sin embargo, la
crisis internacional alcanzó a Europa sin las herramientas adecuadas para dar
una respuesta rápida a la nueva situación (...). No hemos sido capaces de afrontar con determinación la primera
gran crisis desde el nacimiento del euro. La falta de una hoja de ruta para
escenarios de crisis, y del convencimiento de pertenecer a un proyecto común
irreversible, provocó que las medidas fueran insuficientes, se tomaran con
demasiada lentitud y con una alta dosis de incertidumbre sobre su
ejecución", ha asegurado.
Para Botín, "Europa ha sido el
eje de la sociedad occidental, pero si no actuamos con celeridad y
determinación corremos el riesgo de deslizarnos hacia su declive. El euro y la integración de Europa no
tienen vuelta atrás. Son absolutamente imprescindibles. Es el mejor plan. No
hay Plan B". Al mismo tiempo resaltaba la importancia de las decisiones adoptadas
por el Presidente del BCE, Mario Draghi. Para Botín, la unificación de
la supervisión bancaria y la creación de un fondo de garantía de depósitos
único permitirán romper "el
círculo vicioso entre la deuda soberana y la deuda bancaria", además
de "armonizar las diferentes prácticas reguladoras y supervisoras que
todavía coexisten en la Unión".
Sin embargo, señala Botín que
"no hay regulación que pueda
sustituir una buena supervisión. Tenemos que hacer más homogéneos los
estándares de supervisión. Si queremos un mercado único el criterio en la
aplicación de las reglas también debe ser único. Esto permitirá a los
inversores y clientes diferenciar entre entidades fuertes y débiles. A todas se
nos mediría por el mismo patrón".
Sin embargo, el Presidente del
Santander ha alertado que "hay
que vigilar que haya consecuencias no deseadas", por los cambios
de regulación. "Las exigencias de Basilea III (las nuevas normas
internacionales de la banca) están impactando
en el crédito bancario. Por ello, es imprescindible acabar de definir
estas reformas de tal manera que potencien la seguridad del sector financiero y
no afecten negativamente al crecimiento económico. Además, ha reivindicado el oficio bancario, y que la
banca se oriente a las necesidades del cliente, "un modelo que puede parecer incluso
aburrido. Pero no por ello sencillo ni fácil de ejecutar con éxito. Un modelo
de negocio que requiere mucha experiencia y mucho oficio".